sábado, 1 de mayo de 2010

Confesión

- ... No sé porqué. Aquí entre nos te confieso que siempre me han asustado esos niños flotántes, que tienen el pelo hasta la cintura y de un color negro grasiento. !Me dan pánico! Son tan pálidos, y sus ropas tan andrajosas...
- Entonces dime: ¿porqué es que hablas conmigo...?

El otro no dijo nada, solo siguió viendo la llovizna desde la ventana, aparentando ser un reflejo, una sombra; escuchando aquella conversación y esperando el momento en que desaparecería los temores del aún vivo...

(Y es que la muerte no lo tomaría hasta que terminara de llorar).

No hay comentarios:

Publicar un comentario